viernes, 25 de octubre de 2024

EDUCACIÓN CRESE


 Educación Ciudadana, para la Reconciliación y Socioemocional CRESE como aporte a la formación Integral y para la paz de Colombia.

Para  incrementar la importancia de la construcción de capacidades socioemocionales, para la ciudadanía y la reconciliación, como una forma de contribuir a la formación integral de los individuos y a la construcción de paz en sociedad, promoviendo la implementación de metodologías para esa construcción desde la escuela y comunidades educativas.


ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS



Se deben ofrecer espacios de cuidado, velando por  el  bienestar emocional en la escuela . En esta lógica, se proponen los siguientes temas:
 1. Ética del cuidado.
 2. Justicia restaurativa.
 3. Identificación y gestión de emociones. 
4. Comunicación asertiva
5. Empatía.
 6. Metacognición. 
7. Otros.
Construcción de acuerdos:
Los acuerdos son una construcción social que se realizan con el fin de constituir una sana convivencia, y que permiten delimitar la forma en la que se comportan las personas en un contexto particular y determinar cómo se llevarán a cabo las interacciones en el grupo. A continuación se describen algunos elementos que pueden ser de utilidad a la hora de construir acuerdos: 
→ Los acuerdos deben ser consensuados: se construyen entre todos, se entiende su porqué y hacen que las personas se sientan parte de los mismos.
 → No deben dañar a nadie: un acuerdo no podría ser «golpear al que haga desorden». 
→ Deben dirigir a acciones concretas: algunas veces se plantean acuerdos como «respetar o ser tolerante»; sin embargo, no todos entienden lo mismo frente a estos valores, pues son conceptos abstractos. Por eso es preferible plantear acciones concretas como «escuchar las opiniones de los participantes». 
→ Deben plantearse en positivo: en lugar de proponer «no comer en clase», se puede plantear «procura comer antes o después de clase». 
→ Deben reconocer la diferencia: generan oportunidades en las que las personas sean capaces de construir vínculos enmarcados en el reconocimiento de sí mismos, del otro, de sus diferencias y sus necesidades 
→ Deben ser explícitos: se pueden registrar en el tablero, en una cartelera o en algún lugar en el que todos puedan acceder a ellos constantemente.
 → Deben estar abiertos a ajustes razonables: los acuerdos no son una camisa de fuerza; si las dinámicas del grupo cambian, los acuerdos también se pueden ajustar. 
→ Se debe volver sobre ellos varias veces: al retomarlos, se van incorporando poco a poco dentro de las actitudes cotidianas de las personas. 
→ Deben promover el cuidado de las relaciones: la lógica detrás de los acuerdos siempre será la sana convivencia, y el cuidado de las relaciones y de lo colectivo. 
→ Pueden partir de mínimos no negociables: como comunidad, las personas se rigen por normas previamente establecidas; por ejemplo, el manual de convivencia.

 En el mismo orden de ideas, al finalizar la formulación de los acuerdos es importante verificar que todos los participantes sientan los acuerdos como propios, es decir, que a partir de ellos se pueda generar una sensación de pertenencia al grupo. Todos los miembros del grupo deben manifestar conformidad con los acuerdos y comprometerse a hacer todo lo posible por cumplirlos. Ahora, en aras de lograr una óptima construcción de acuerdos, enseguida se ofrecen algunas herramientas pedagógicas que pueden ser de utilidad: 
→ Mínimos no negociables: se inicia la construcción de acuerdos a partir de la postulación de unos mínimos que se necesitan para que la convivencia fluya de la mejor manera. Por ejemplo, «al salón de clases llegamos limpios». Luego se socializan estos mínimos con los integrantes del grupo y se añade o modifica lo que se necesite, de acuerdo con las necesidades del grupo.
 → Juegos: se inicia la actividad pidiendo a los participantes que jueguen —debe ser un juego inventado del cual no existan unas normas o acuerdos previamente establecidos. Por ejemplo, «perros y gatos»—. La idea es que ellos, a medida que se da el juego, comiencen a definir los acuerdos para jugar. Ejemplo: «habrá cuatro perros y seis gatos, y todos debemos estar en cuatro patas… etc.». Posteriormente se debe hacer la reflexión con los estudiantes. Al igual que en el juego, en este espacio se necesitan unos acuerdos; finalmente, se abre el espacio para construir los acuerdos.
 → Lluvia de ideas: se inicia la dinámica preguntando: ¿qué se necesita para que este espacio funcione lo mejor posible?, o, ¿qué acuerdos creen que se necesitan para este espacio? Es clave primero escuchar y recoger todas las posibles ideas y luego ir filtrando y priorizando las que quedarán. Algunas preguntas que pueden guiar esta 56 • Capítulo 4: Fortaleciendo lazos: una mirada al conflicto como herramienta para la convivencia escolar pacífica priorización pueden ser: ¿cómo quedo yo?, ¿cómo queda el otro?, ¿cómo queda la relación? Por ejemplo, si alguien propone que el que llega tarde se queda fuera del salón. Luego de hacer las anteriores preguntas, puede que ese acuerdo no sea priorizado. 
→ Pacto de convivencia: construir una cartelera o afiche que sea visible para todos los miembros del grupo y que recoja a qué se están comprometiendo en ese espacio. Después de la construcción del acuerdo se hace el pacto (algún ritual o actividad simbólica) mediante el cual todos los participantes se comprometan a cumplir los acuerdos. 
→ Frases que generen deseo de cuidado: «Cuando amamos, cuidamos y cuando cuidamos, amamos», por ejemplo. La idea es poder construir acuerdos teniendo como base el cuidado por aquello que se quiere; por ejemplo, la IE.

 Reflexiones para tener en cuenta:
 → Los acuerdos aportan al convivir desde la diferencia. Los mínimos se convierten en una fuerza colectiva que busca el bien común. Por ello es importante que, en los espacios colectivos, familia, escuela y grupos de interés, se realicen acuerdos, y que estos sean retomados constantemente para retroalimentarlos y en caso de incumplimiento, desde una mirada restauradora, reparar a quien se vea en afectación por el incumplimiento del mismo. → ¿Cuáles son los acuerdos para la vida que se quieren construir como IE?
 → ¿Cuáles son los mínimos no negociables?
 → ¿Cómo estos acuerdos y su dinámica ayudan en la construcción del ser humano que se quiere formar? Resolución de conflictos El conflicto es parte integral de las relaciones sociales. No se trata de algo negativo, pues tiene el potencial de generar aprendizajes y transformaciones en la estructura social.
 Es importante cuando se habla de conflicto diferenciar algunos conceptos
→ Agresión: situación en la que se hace daño a otra/s persona/s de manera intencional. Un ejemplo de agresión no relacionada con conflicto ni con intimidación es una situación en la que alguien no controle su rabia y le pegue a otra persona para desquitarse por algo que le molestó. 
→ Intimidación o acoso escolar: agresión repetida y sistemática en la que hay un desbalance de poder (la víctima es más indefensa). En este caso sí se habla de agresión, pero con las características anteriormente planteadas. La intimidación no es un conflicto, pues hay un desbalance de poder claro entre la/s víctima/s y el/los intimidador/es.
 → Conflicto: desacuerdo entre dos o más personas (intereses encontrados). No necesariamente implica agresión, pero puede terminar de esta manera si no se aborda adecuadamente.


Fortaleciendo lazos: una mirada al conflicto como herramienta para la convivencia escolar pacífica . El conflicto como desacuerdo tiene la posibilidad de ser resuelto o de afrontarse de manera pacífica entre las partes comprometidas. Para esto es necesario tener en cuenta que dentro del conflicto se puede negociar a partir de intereses vs. posiciones. En la negociación el problema central son los intereses y no las posiciones entre las partes. La posición es la decisión tomada y los intereses son los factores que hicieron que se tomara esa decisión (motivaciones subyacentes, necesidades humanas básicas, deseos, temores y preocupaciones). Frente a los conflictos, se tiene la posibilidad de negociar y conciliar. 

A continuación se presenta un paso a paso para abordar la conciliación:
 1. Cada uno debe tener un tiempo para expresar sus intereses y emociones, y el otro debe escuchar con mucha atención (recordar la técnica de escucha activa, la cual implica escuchar para entender y no para responder).
 2. Las dos (o más) partes implicadas deben tratar de generar muchas opciones de solución frente al conflicto (lluvia de ideas). 
3. Se deben considerar las consecuencias de las opciones planteadas. 
4. A partir de la consideración de consecuencias, se debe elegir la mejor opción y generar un acuerdo que permita que las partes en conflicto se sientan satisfechas.





Cartilla para Orientadores:


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