Educación Ciudadana, para la Reconciliación y Socioemocional CRESE como aporte a la formación Integral y para la paz de Colombia.
Para incrementar la importancia de la construcción de capacidades socioemocionales, para la ciudadanía y la reconciliación, como una forma de contribuir a la formación integral de los individuos y a la construcción de paz en sociedad, promoviendo la implementación de metodologías para esa construcción desde la escuela y comunidades educativas.
ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS
Se deben ofrecer espacios
de cuidado, velando por el bienestar emocional en la escuela . En
esta lógica, se proponen los siguientes temas:
1. Ética del cuidado.
2. Justicia restaurativa.
3. Identificación y gestión de emociones.
4. Comunicación asertiva
5. Empatía.
6. Metacognición.
7. Otros.
Construcción de acuerdos:
Los acuerdos son una construcción social que se realizan
con el fin de constituir una sana convivencia, y que permiten
delimitar la forma en la que se comportan las personas en
un contexto particular y determinar cómo se llevarán a cabo
las interacciones en el grupo. A continuación se describen
algunos elementos que pueden ser de utilidad a la hora de
construir acuerdos:
→ Los acuerdos deben ser consensuados: se construyen
entre todos, se entiende su porqué y hacen que las
personas se sientan parte de los mismos.
→ No deben dañar a nadie: un acuerdo no podría ser
«golpear al que haga desorden».
→ Deben dirigir a acciones concretas: algunas veces se
plantean acuerdos como «respetar o ser tolerante»; sin
embargo, no todos entienden lo mismo frente a estos
valores, pues son conceptos abstractos. Por eso es
preferible plantear acciones concretas como «escuchar
las opiniones de los participantes».
→ Deben plantearse en positivo: en lugar de proponer «no
comer en clase», se puede plantear «procura comer antes
o después de clase».
→ Deben reconocer la diferencia: generan oportunidades
en las que las personas sean capaces de construir
vínculos enmarcados en el reconocimiento de sí mismos,
del otro, de sus diferencias y sus necesidades
→ Deben ser explícitos: se pueden registrar en el tablero,
en una cartelera o en algún lugar en el que todos puedan
acceder a ellos constantemente.
→ Deben estar abiertos a ajustes razonables: los acuerdos
no son una camisa de fuerza; si las dinámicas del grupo
cambian, los acuerdos también se pueden ajustar.
→ Se debe volver sobre ellos varias veces: al retomarlos,
se van incorporando poco a poco dentro de las actitudes
cotidianas de las personas.
→ Deben promover el cuidado de las relaciones: la lógica
detrás de los acuerdos siempre será la sana convivencia, y
el cuidado de las relaciones y de lo colectivo.
→ Pueden partir de mínimos no negociables: como
comunidad, las personas se rigen por normas previamente
establecidas; por ejemplo, el manual de convivencia.
En el mismo orden de ideas, al finalizar la formulación de los
acuerdos es importante verificar que todos los participantes
sientan los acuerdos como propios, es decir, que a partir
de ellos se pueda generar una sensación de pertenencia
al grupo. Todos los miembros del grupo deben manifestar
conformidad con los acuerdos y comprometerse a hacer todo
lo posible por cumplirlos.
Ahora, en aras de lograr una óptima construcción de
acuerdos, enseguida se ofrecen algunas herramientas
pedagógicas que pueden ser de utilidad:
→ Mínimos no negociables: se inicia la construcción de
acuerdos a partir de la postulación de unos mínimos
que se necesitan para que la convivencia fluya de la
mejor manera. Por ejemplo, «al salón de clases llegamos
limpios». Luego se socializan estos mínimos con los
integrantes del grupo y se añade o modifica lo que se
necesite, de acuerdo con las necesidades del grupo.
→ Juegos: se inicia la actividad pidiendo a los participantes
que jueguen —debe ser un juego inventado del cual
no existan unas normas o acuerdos previamente
establecidos. Por ejemplo, «perros y gatos»—. La idea es
que ellos, a medida que se da el juego, comiencen a definir
los acuerdos para jugar. Ejemplo: «habrá cuatro perros
y seis gatos, y todos debemos estar en cuatro patas…
etc.». Posteriormente se debe hacer la reflexión con los
estudiantes. Al igual que en el juego, en este espacio se
necesitan unos acuerdos; finalmente, se abre el espacio
para construir los acuerdos.
→ Lluvia de ideas: se inicia la dinámica preguntando: ¿qué
se necesita para que este espacio funcione lo mejor
posible?, o, ¿qué acuerdos creen que se necesitan para
este espacio? Es clave primero escuchar y recoger todas
las posibles ideas y luego ir filtrando y priorizando las
que quedarán. Algunas preguntas que pueden guiar esta
56 • Capítulo 4: Fortaleciendo lazos: una mirada al conflicto como herramienta para la convivencia escolar pacífica
priorización pueden ser: ¿cómo quedo yo?, ¿cómo queda
el otro?, ¿cómo queda la relación? Por ejemplo, si alguien
propone que el que llega tarde se queda fuera del salón.
Luego de hacer las anteriores preguntas, puede que ese
acuerdo no sea priorizado.
→ Pacto de convivencia: construir una cartelera o afiche
que sea visible para todos los miembros del grupo y que
recoja a qué se están comprometiendo en ese espacio.
Después de la construcción del acuerdo se hace el pacto
(algún ritual o actividad simbólica) mediante el cual todos
los participantes se comprometan a cumplir los acuerdos.
→ Frases que generen deseo de cuidado: «Cuando
amamos, cuidamos y cuando cuidamos, amamos», por
ejemplo. La idea es poder construir acuerdos teniendo
como base el cuidado por aquello que se quiere; por
ejemplo, la IE.
Reflexiones para tener en cuenta:
→ Los acuerdos aportan al convivir desde la diferencia. Los
mínimos se convierten en una fuerza colectiva que busca
el bien común. Por ello es importante que, en los espacios
colectivos, familia, escuela y grupos de interés, se realicen
acuerdos, y que estos sean retomados constantemente
para retroalimentarlos y en caso de incumplimiento,
desde una mirada restauradora, reparar a quien se vea en
afectación por el incumplimiento del mismo.
→ ¿Cuáles son los acuerdos para la vida que se quieren
construir como IE?
→ ¿Cuáles son los mínimos no negociables?
→ ¿Cómo estos acuerdos y su dinámica ayudan en la
construcción del ser humano que se quiere formar?
Resolución de conflictos
El conflicto es parte integral de las relaciones sociales. No
se trata de algo negativo, pues tiene el potencial de generar
aprendizajes y transformaciones en la estructura social.
Es
importante cuando se habla de conflicto diferenciar algunos
conceptos:
→ Agresión: situación en la que se hace daño a otra/s
persona/s de manera intencional. Un ejemplo de agresión
no relacionada con conflicto ni con intimidación es una
situación en la que alguien no controle su rabia y le pegue
a otra persona para desquitarse por algo que le molestó.
→ Intimidación o acoso escolar: agresión repetida y
sistemática en la que hay un desbalance de poder (la
víctima es más indefensa). En este caso sí se habla de
agresión, pero con las características anteriormente
planteadas. La intimidación no es un conflicto, pues hay
un desbalance de poder claro entre la/s víctima/s y el/los
intimidador/es.
→ Conflicto: desacuerdo entre dos o más personas
(intereses encontrados). No necesariamente implica
agresión, pero puede terminar de esta manera si no se
aborda adecuadamente.
Fortaleciendo lazos: una mirada al conflicto como herramienta para la convivencia escolar pacífica . El conflicto como desacuerdo tiene la posibilidad de ser
resuelto o de afrontarse de manera pacífica entre las partes
comprometidas. Para esto es necesario tener en cuenta que
dentro del conflicto se puede negociar a partir de intereses vs.
posiciones.
En la negociación el problema central son los intereses y
no las posiciones entre las partes. La posición es la decisión
tomada y los intereses son los factores que hicieron que se
tomara esa decisión (motivaciones subyacentes, necesidades
humanas básicas, deseos, temores y preocupaciones).
Frente a los conflictos, se tiene la posibilidad de negociar y
conciliar.
A continuación se presenta un paso a paso para
abordar la conciliación:
1. Cada uno debe tener un tiempo para expresar sus
intereses y emociones, y el otro debe escuchar con mucha
atención (recordar la técnica de escucha activa, la cual
implica escuchar para entender y no para responder).
2. Las dos (o más) partes implicadas deben tratar de generar
muchas opciones de solución frente al conflicto (lluvia de
ideas).
3. Se deben considerar las consecuencias de las opciones
planteadas.
4. A partir de la consideración de consecuencias, se debe
elegir la mejor opción y generar un acuerdo que permita
que las partes en conflicto se sientan satisfechas.
SECUENCIAS DIDACTICAS EDUPAZ https://colombiaaprende.edu.co/sites/default/files/files_public/2021-05/Secuencias%20Did%C3%A1cticas%20EDUPAZ.pdf
Cartilla para Orientadores:
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